INGREDIENTES:
2 chorizos
2 morcillas
1/4 de kilo de panceta o lacón
1/2 kilo de fabes
2 dientes de ajo
1 hoja de laurel
1 cebolla
Sal
PREPARACIÓN:
Vamos a comenzar con el paso que toma más tiempo, pero que
irónicamente es el más fácil (aunque toda la receta es fácil): el remojo de las
fabes. Lo ideal es dejarlas remojando toda la noche, así que les buscaremos una
buena cacerola o recipiente grande, donde quepan con el agua, sin problemas.
Como para la receta tenemos que usar lacón o panceta, es
probable que necesitemos desalarlo, según el producto que hayamos adquirido.
Luego de pasada la noche, ya podremos continuar con la
preparación de la fabada. Es conveniente enjuagar las fabes al sacarlas del
remojo, y asegurarse de que no quede ningún residuo colado entre los granos, o
de eliminar cualquier grano que no tenga buen aspecto.
Luego vamos a preparar nuestros ingredientes para la
cocción. Vamos a pelar los dos dientes
de ajo, y también la cebolla.
Depositaremos estos ingredientes en una olla grande, con un
buen chorro de aceite de oliva, y añadiremos las fabes y la hoja de laurel.
Luego llenaremos la olla con agua, hasta sobrepasar el nivel
de los sólidos, por aproximadamente un par de dedos de líquido.
Acto seguido, pondremos la cacerola a calentar. La idea es
dejar que la preparación rompa a hervir, y entonces agregar un chorro de agua
fría a la olla, para que la fabada retome la cocción normal.
En el momento en el que la preparación vuelva a romper a
hervor, agregaremos nuevamente un chorro de agua fría para contenerla. Haremos
esto incluso una tercera vez.
Una vez contenida la ebullición por tercera ocasión, será el
momento de agregar "el compango" o las carnes, a la cocción.
Luego, la olla se dejará en el fuego durante unas tres
horas. Sin embargo, no hay que olvidarse de nuestra preparación. Es necesario
venir a supervisarla con cierta frecuencia, para asegurarse de que no se quede
sin líquido. Si eso pasa, hay que rehidratarla con más agua. También hay que
cuidar que la intensidad del fuego esté entre media y baja, para que el líquido
no se evapore demasiado rápido, y podremos aprovechar para, de vez en cuando,
retirar con una cuchara la grasa que irán soltando los embutidos mientras se
cocinan.
Cuando ya vaya a terminarse el tiempo de cocción, vamos a
probar las alubias. Si hace falta, hay que corregir la sazón con sal. En caso
de añadir este último ingrediente, hay que revolver bien los granos antes de
apagar la cocina.
Evidentemente, después de dejar reposar la fabada, habrá que
recalentarla. Para servirla, lo más común es disponer los granos en un plato
hondo, por persona, y al lado servir una parte de las carnes.
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